Pañuelos blancos
Semana tras semana
una luz de solidaridad
en el túnel de la dispersión
atraviesa los campos 
de una tierra extraña
 pañuelos blancos
 candil de la esperanza
Ni el frío de la noche
ni la lluvia ni el viento
nada detiene la marcha
hacia los muros de la venganza
donde se entrelazan las voces
del deseado encuentro
una mirada un abrazo
el calor de un beso
y el regreso 
de nuevo la distancia 
que no es olvido sino ausencia
vacío que permanece
en el vaivén de cada día
Muchos quedaron en los caminos
víctimas sin culpa
de la razón de Estado
 pañuelos blancos
 de una paz que no llega
Y entre tanto
manos blancas sonrisas blancas 
manipulan el señuelo 
de una paloma con las alas rotas
hombres de metal
se sientan en el parlamento
y nos matan desde lejos
con la tortura de la dispersión 
 nos matan
ya ni ven
la sangre de los muertos
encastillados en su angosta celda mental
ignoran 
que —ante los muros—
siempre habrá 
pañuelos blancos
gentes del pueblo
que seguirán luchando
hasta conseguir la libertad.
Lander Laborde
											
					


2016•11•10